La pregunta sobre si un asesino nace o se hace es un tema complejo y debatido en la psicología y la criminología. No hay una respuesta única y definitiva, ya que la conducta criminal, incluido el asesinato, puede ser el resultado de una interacción compleja entre factores genéticos y ambientales.
Algunos estudios sugieren que ciertos factores genéticos pueden influir en la predisposición a comportamientos violentos, pero también se reconoce ampliamente que el entorno y las experiencias de vida desempeñan un papel significativo. Factores como el abuso infantil, la negligencia, la exposición a la violencia, los problemas familiares, la pobreza y otros factores sociales pueden contribuir al desarrollo de comportamientos violentos.
En resumen, es probable que la predisposición genética y los factores ambientales interactúen de manera compleja, y la combinación de ambos pueda contribuir al desarrollo de un individuo que comete actos violentos. Sin embargo, cada caso es único, y la comprensión completa de por qué alguien se convierte en un asesino generalmente implica considerar una variedad de factores biológicos, psicológicos y sociales.