¿Cómo fue el origen de la polis?
¿Cómo fue el origen de la polis?
Si UNA INSTITUCIÓN HA SERVIDO para caracterizar a la Antigua Grecia a lo largo de toda la historia, esa es sin duda la de la polis. La ciudad estado griega representó una innovación radical en el ámbito de la organización del poder de la comunidad, creando por primera vez un espacio abierto —aunque con restricciones— a la ciudadanía para la toma de decisiones y la gestión de los negocios públicos. No debe sorprender, por ello, que desde entonces sea precisamente el término “política”, derivado de polis, el que se ha utilizado para referirse a las actividades del gobierno de lo común.
Como veíamos, a lo largo de la Edad Oscura se produce un progresivo debilitamiento del antiguo poder real, frente al que se afirman cada vez con más fuerza un conjunto de familias que se constituyen con el tiempo en oligarquía (el gobierno de unos pocos) o aristocracia (el gobierno de los mejores, los aristoi).
Pero a pesar de que el poder se halle en origen en manos de estas pocas familias, existe ya entonces cierta conciencia básica de igualdad legal, por lo que el concepto de ciudadanía —de comunidad de ciudadanos- se erige como fundamental en la constitución y evolución de la polis.
Por ello, además, y a diferencia de lo que sucede en las ciudades-estado orientales, donde el centro de poder reside en el templo o en el palacio, en las poleis griegas ese rol lo asume el ágora, la plaza pública de reunión de la comunidad.
¿Qué era la polis?
A pesar de que identificamos polis con ciudad estado, concepto moderno de carácter eminentemente urbano, la extensión de las antiguas poleis siempre incluye los campos circundantes —la chora—, de los que obtienen buena parte de los productos agrícolas para su sustento.
Esto, por un lado, favorece que el campo reciba protección de la ciudad; y, del otro, que la polis en origen sea una institución autárquica, es decir, que se abastece por sus propios medios. Debido, además, a la peculiar geografía del territorio griego, las poleis suelen tener grandes dificultades de comunicación con sus vecinas, lo que favorece el desarrollo autosuficiente y la no cooperación entre ellas. Sus gobiernos son autónomos e independientes, según sus propias leyes y tradiciones.
Los miembros de la polis, además, constituyen una unidad religiosa obligada a rendir culto a los dioses de la comunidad y, en especial, a la divinidad patrona, que tiene carácter protector. Por ello, en el punto más elevado de la ciudad suele hallarse la acrópolis (literalmente, “la cima de la polis”), donde se encuentran los templos.
La vida religiosa, de homenaje y respeto hacia el panteón griego, es característica de la vida en las poleis y, junto con la lengua común, constituye uno de los principales elementos para el proceso de creación de una “conciencia griega” a pesar de la marcada individualidad de cada comunidad.