Líquidas y gaseosas, filtrado del aíre comprimido y acondicionamiento
El aceite que proviene de la lubricación de los compresores provoca:
— Formación de partículas carbonases y depósitos gomosos por oxidación.
— Explosiones por inflamación espontánea en contacto con el aceite caliente.
— Contaminación del ambiente al descargar las válvulas.
El agua en forma de vapor provoca:
— Oxidación de tuberías y elementos.
— Disminución de los pasos efectivos de las tuberías y elementos al acumularse las condensaciones.
— Degradación de productos químicos y farmacéuticos.
— Mal acabado en operaciones de pintura y barnizado.
Del estudio de estos inconvenientes se desprende la absoluta necesidad de eliminar inmediatamente después de la compresión la mayor cantidad posible del agua, aceite quemado, polvo, etc., para lo cual se emplean diversos métodos, como:
— Refrigeradores de aire.
— Separadores centrífugos o cerámicos.
— Purgas intermedias.
— Filtros en puntas de utilización.
Acondicionamiento del aire comprimido
Además del tratamiento al que hemos hecho referencia, procede realizar un perfecto acondicionamiento que supone un funcionamiento seguro y duradero de las instalaciones neumáticas, cuidando a su vez que la distribución del aire desde el generador hasta el consumidor tenga una especial atención, puesto que en su trayecto se producen fugas que ocasionan pérdidas económicas por despilfarro del aire y que, a veces, pueden ser cuantiosas.
Filtrado del aire comprimido
En los procesos de automatización neumática se tiende cada vez a miniaturizar los elementos (problemas de espacio), fabricarlos con materiales y procedimientos con lo que se pretende el empleo cada vez menor de los lubricadores
Consecuencia de esto es que cada vez tenga más importancia el conseguir un mayor grado de pureza en el aire comprimido, para lo cual se crea la necesidad de realizar un filtraje que garantice su utilización. El filtro tiene por misión:
— Detener las partículas sólidas.
— Eliminar el agua condensada en el
Filtros de aire comprimido
Los filtros se fabrican en diferentes modelos y deben tener drenajes accionados manualmente, semiautomática o automáticamente.
Los depósitos deben construirse de material irrompible y transparente. Generalmente pueden limpiarse con cualquier detergente, pero no con disolventes tricloro – etilénicos que pueden perjudicar el material del vaso.
Generalmente trabajan siguiendo el siguiente proceso: El aire entra en el depósito a través de un deflector direccional, que le obliga a fluir en forma de remolino. Consecuentemente, la fuerza centrífuga creada arroja las partículas líquidas contra la pared del vaso y éstas se deslizan hacia la parte inferior del mismo, depositándose en la zona de calma.
La pantalla separadora evita que con las turbulencias del aire retornen las condensaciones. El aire continúa su trayecto hacia la línea pasando a través del elemento filtrante que retiene las impurezas sólidas. Al abrir el grifo de purga son expulsadas al exterior las partículas líquidas y sólidas en suspensión.
El agua acumulada no debe pasar del nivel marcado que normalmente traen los elementos, puesto que en la zona turbulenta el agua sería de nuevo arrastrada por el aire.
El filtro esquematizado de la figura 18 corresponde a uno de los sistemas típicos más empleados.
El aire que entra por (5) a través del difusor (1) adquiere un desplazamiento paralelo a las paredes de vaso. De esta manera las partículas tienden a ser lanzadas radicalmente hacia el exterior mientras el aire comprimido se mueve tangencialmente.
Al chocar las partículas contra las paredes se deslizan hacia la zona de calma por efecto de la gravedad. En este aparato se emplean dos procesos para la separación de las partículas:
- Separación por efecto ciclónico: En el proceso intervienen 1, 2, 4 y las paredes del vaso.
- Filtración: Intervienen 3 y 2.
NOTA:
El filtro (c) se suele construir de bronce poroso (sinterizado).