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En el siglo xv, desde la cordillera de los Andes

LA CIVILIZACIÓN INCA

EN el imaginario indígena la muerte del inca significaba el fin del mundo. Cuando los conquistadores españoles ordenaron decapitar al último inca pusieron fin al mayor imperio de la América precolombina.
 En el siglo xv, desde la cordillera de los Andes el Imperio inca controlaba el valle de Cuzco, cuyos vastos territorios se extendían desde el límite sur de Colombia hasta el norte de Chile. Este inmenso dominio dividido en distritos se había visto fortalecido al vencer a la única resistencia real, la de los chancas.
Ante el belicoso ataque de este pueblo, el gobernante inca huyó, pero el hijo de este, Cusi Yupanqui, consiguió vencerlos y proclamarse “inca”, es decir, ocupante del trono con el nombre de Pachacútec (1438- 1471). Gracias al prestigio adquirido, el nuevo inca pudo someter a otros pueblos y continuar con la expansión.
La ciudad- santuario inca de Machu Picchu fue levantada en el siglo xv.
Su sistema administrativo se aplicaba a todos los pueblos sometidos, de modo que la cultura del imperio se difundió rápidamente, y la producción se organizaba de acuerdo a las necesidades con el fin de obtener los máximos rendimientos. 
La economía era esencialmente agrícola y la tierra se trabajaba de forma comunitaria. El proceso de expansión fue continuado por los siguientes reyes hasta que en 1527 el rey Huayna Cápac murió de viruela (y aunque eligió como sucesor a uno de sus hijos, este también murió). Otros dos de sus hijos, Huáscar y Atahualpa, se enfrentaron
Por la sucesión, cada uno respaldado por sus seguidores. Así se inició la guerra civil con la que se encontraron los españoles al desembarcar en el norte de Perú. Huáscar sería apresado por su hermano y ejecutado.
Entre 1531 y 1533 la expedición comandada por Francisco Pizarro capturó con un engaño a Atahualpa, que fue ejecutado después de que este les entregara en Cajamarca un gran rescate. Muchos señores locales, deseosos de perder de vista al soberano inca, apoyaron a los hombres de Pizarro, pero no se dieron cuenta de que estos venían a imponerles un imperio ajeno a ellos.
Pizarro nombró nuevo inca a Túpac Huallpa; que sería asesinado por los seguidores de Atahualpa. La nobleza cuzqueña eligió entonces a Manco Cápac II, quien en 1536 logró organizar una sublevación que asedió Cuzco durante un año, pero finalmente hubo de trasladarse con su corte a Vitcos desde cuyas montañas organizó ataques de guerrilla contra los españoles hasta que fue asesinado. 
La resistencia de los sucesivos jefes incas continuó hasta que Túpac Amaru I fue apresado por el virrey Francisco de Toledo y en 1572 fue decapitado en la plaza de Cuzco. Con la mitad norte del Imperio inca dominada, Pizarro trasladó la capital de Perú junto a la costa, a la llamada Ciudad de los Reyes, después Lima.
Un acto simbólico que suponía el traslado del poder de la sierra andina hacia un lugar más accesible al nuevo centro de poder, España. *

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